Trucos de almacenaje

Uno de los alicientes de la pesca deportiva, cuando estamos fuera del agua, es trabajar con nuestros equipos en casa tranquilamente, junto a una taza de café y un poco de música. Es en esos momentos cuando dejamos volar nuestra imaginación con combates épicos y ejemplares monstruosos o visualizamos estrategias para nuestra próxima salida. Por su puesto cada aficionado tiene su sistema, orden y manías, a menudo relacionadas con el tamaño de sus cajas o espacio en sus vehículos. Casi siempre el orden responde a la rapidez y agilidad. En otras palabras, que esté todo a mano para perder el menor tiempo posible y podamos encontrarlo fácilmente. Sin embargo, ésto no siempre es lo mejor para el material y tiene un efecto negativo en nuestra pesca y bolsillos.

 Veamos algunos trucos:

Lo más sagrado: nuestros anzuelos

Actualmente la calidad de los anzuelos es extraordinaria. Afilados químicos y nuevos materiales hacen que esta parte del equipo sea una maravilla tecnológica. Esto nos permite clavar hoy con precisión, menor esfuerzo y mayores garantías de éxito. A pesar de esto no existe todavía ningún anzuelo en el mercado capaz de conservar su afilado original después de un año “bailando” en el interior de una caja. ¡Ninguno! El propio roce y repiqueo con otros anzuelos, cajas o plomos, harán que pierdan filo o -en el peor de los casos- se deterioren u oxiden. Esto le ocurre a todo el mundo, incluso a los pros y no tiene solución sino le ponemos remedio.

Lo mejor forma de conservar los anzuelos (de vinilo) será mantenerlos siempre en su blíster original. Olvidaros de la típica caja con anzuelos sueltos clasificados por tamaños o con sistemas anticorrosión. Este almacenaje hará que se estropeen y pierdan sus propiedades a medio plazo. Mantenerlos dentro de su envase y -si es necesario- recortar las cartulinas del fabricante para que encajen en vuestro método de transporte.

Para los anzuelos triples, de peces artificiales, el mejor sistema es llevar una caja estilo “caja de moscas” con foam o espuma en su interior. Esto reduce mucho el espacio y garantiza que cada una de las poteras permanezca quieta y libre de contacto con otros materiales. Este pequeño truco prolongará la vida útil de vuestras poteras que estarán siempre perfectas. 

Almacenaje sin anzuelos

Obviamente esto ocurre también con los señuelos duros tipo poppers, jerkbaits, crankbaits, etc. Al transportarlos en nuestras cajas, están continuamente rozando con otras superficies y pierden propiedades. Los mejores profesionales del bass almacenan desde hace tiempo sus señuelos duros sin poteras, y “arman” solo los que van a utilizar al día siguiente. Para ahorrar espacio, también utilizan bolsas de plástico tipo zip para guardarlos.

Todos coleccionamos artificiales, que llevamos a cuestas con nosotros donde quiera que vayamos y – “a veces”- no los usamos durante meses o años. Por ello, no podemos esperar que sus anzuelos estén en perfectas condiciones después de tanto tiempo. Por costumbre lo hemos hecho así, pero este método es mucho más efectivo.

Como no, disponer de unos alicates (especiales para anillas) que nos permitan cambiar poteras en un segundo, es un complemento indispensable en la caja de cualquier pescador.  

Encuentra tu propia maleta

La pesca no es una “ciencia exacta” y como dice el refrán: Cada maestrillo tiene su librillo. Las marcas de pesca tienen sus sistemas de almacenaje específicos, la mayoría muy efectivos, pero esto no significa que vosotros no podáis encontrar una solución más practica o mejor para vuestro estilo de pesca. 

En mi caso, siempre estoy buscando un nuevo método y mis últimas adquisiciones han sido una maleta estanca de fotografía y una bolsa de hombro para transportar material de peluquería. Ambos accesorios me han funcionado muy bien y me sirven perfectamente para el fin que buscaba. ¡Ser creativos! Vuestro material y bolsillo lo agradecerán al igual que vuestros resultados.

Sedales organizados

Otro componente de nuestro equipo, perecedero y de alto coste son los sedales. Especialmente los de fluorocarbono. Estas líneas son otra maravilla tecnológica, con un índice de refracción de luz muy bajo que se camufla bajo el agua. Sin embargo, después de unas pocas sesiones tienen tendencia a perder propiedades y esto puede provocar roturas o un mal bobinado en nuestros carretes, especialmente en meses calurosos. Un sistema que funciona muy bien para controlar este proceso, es marcar con una pequeña etiqueta cada equipo ( del tipo que encontramos en cualquier papelería) con la resistencia de línea y fecha en que fue rellenado. Colocaremos otra igual, con la misma información en la base del carrete aislada de los elementos. De este modo no se caerá -por ejemplo- después de un día de lluvia.  Con este pequeño truco, nunca más tendréis que suponer que resistencia ni uso tiene vuestro equipo.  

Fundas rod sleve

No hay duda que la mayoría de roturas en anillas y blanks de nuestras cañas se producen durante el transporte. La mejor forma de evitar golpes y conservar nuestros equipos en perfecto estado es utilizando fundas tipo rod sleve como la funda individual Percanegra. Su diseño hace mucho mas fácil colocarlas en los tambuchos o en un coche y evita que los blanks y las anillas choquen o se enreden con todo lo que encuentren. Es importante que cada vez que metamos una caña en un tambucho tengamos la precaución de colocarla de nuevo en su funda. A priori parece una pérdida de tiempo al introducirla, pero es al retirarla cuando aparecen los problemas y nos topamos con los fastidiosos enredos con otras cañas.

Usar estos pequeños trucos. No parecen gran cosa, pero marcarán la diferencia en la organización y conservación de vuestro material.

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