La mayoría de pescadores asociamos los jerkbaits de vinilo con una técnica especifica. Lanzar a apostaderos o zonas de aguas abiertas y recuperar a tirones por la superficie. Si esto no funciona, optamos quizás por pescar algo más lento tratando de convencer ejemplares inactivos. Este es un procedimiento clásico muy efectivo, pero…¿es realmente la única opción?
En realidad, no. El cuerpo y la natación de un “fluke” es una imitación perfecta de pez pasto que podemos usar en cualquier lugar donde un depredador conviva con estas presas. Ya sea entre algas, árboles o… colchonetas de playa. ¡Donde sea! Nos hemos acostumbrado a pescarlos así, empleando cañas de spinning y líneas finas de entre 8 a 12 lb, pero esta “inercia” nos lleva a olvidar otras posibilidades. Una de las más interesantes y productivas es su enorme poder dentro de coberturas difíciles.
Arrancar un ejemplar del interior de un árbol con equipo ligero es un trabajo arriesgado. En realidad, con los materiales de finesse, solemos rozar solo -de forma inconsciente – la morada de los peces, tratando de evitar situaciones desagradables. Si las condiciones son buenas no suele haber problemas, y salen para comer, pero en momentos de pasividad permanecen impávidos en su “bunker”. Frente a esto no existen muchas opciones: Podemos usar un señuelo de reacción, capaz de hacerlos salir, o decidirnos a entrar en su morada y colocar la imitación frente a sus narices. En realidad, es imposible saber que preferirán los peces cada jornada y en un mismo día podremos encontrar ejemplares actuando de formas distintas. La solución es estar preparados y tener un buen surtido de herramientas para tentarlos uno a uno.
Para la pesca con jerkbaits de vinilo en cobertura, los equipos robustos de casting son los más adecuados. Cañas de 7,3 a 7,6 pies con acción heavy y líneas de 17 a 20 lb. Si el apostadero no es muy espeso y se trata solo de un árbol aislado, grupo de ramas o zona de algas no muy densas, en mi caso prefiero cañas heavy pero algo parabólicas, que ayudan a realizar lances más precisos y dan cierta ventaja absorbiendo cabezazos. Si el apostadero es una auténtica jungla o leñera de “proporciones bíblicas” me decanto entonces por cañas extra heavy y líneas trenzadas de -como mínimo- 50 lb de resistencia. Los anzuelos serán fuertes de tipo superline para zonas “limpias” hasta los 3X super reforzados en zonas extremas. Con los plomos me gustan especialmente los tungstenos más ligeros (de 3 a 5 grms) pues me ayudan a que el engaño descienda de forma muy natural. Sino consigo resultados con estos, pruebo luego con pesos mayores. Este último punto es un tanto “misterioso” pues a veces la velocidad en la caída del engaño es el factor determinante que provoca la picada.
Con este equipo lanzaremos con precisión a la base de las coberturas. La primera caída es la más importante y provoca el mayor número de ataques, justo cuando la imitación entra desorientada al apostadero. Dejaremos que el señuelo llegue hasta el fondo y una vez allí esperaremos unos segundos. Luego lo moveremos unas tres veces en “yo-yo”. Si la cobertura es profunda, podemos recuperar un poco y repetir la misma operación a medias aguas o en alguna cobertura secundaria. Si no hay respuesta, recuperaremos la línea a toda prisa y buscaremos otro lance.
Como hemos dicho la mayoría de picadas ocurren en la primera caída, cuando el fluke desciende en espiral. A veces sentiremos un sólido “toc” o puede que solo un leve picotazo. Otras veremos como nuestra línea se desplaza hacia aguas abiertas. Lo más importante será mantener la línea en tensión en todo momento y efectuar un clavado preciso sin bajar la caña. Con el ejemplar sujeto, haremos palanca y lo sacaremos con fuerza de la cobertura lo antes posible para evitar que se enrede.
Recordar: la ventaja principal de los flukes de vinilo ante otros señuelos que trabajan en coberturas (como jigs, tubos o lombrices) es su naturalidad y atracción especial en aguas claras. Su forma de sacudirse bajo el agua, con saltos y espasmos nerviosos, crea una presentación fascinante que consigue picadas cuando otros cebos fallan. No es una técnica de la que se hable mucho en el circuito, pero muchos pros la utilizan en secreto, como pudimos ver en el Bassmaster classic del 2017 cuando Brent Ehler lideró tres días esta final mundial utilizando dicho procedimiento. Es también uno de los más utilizados en los grandes algueros de Florida o California donde consiguen auténticos gigantes con regularidad en días calmos y soleados.
No olvidéis todas sus posibilidades ni lanzarlos a todo tipo de coberturas en vuestras salidas de pesca. ¡Os sorprenderán los resultados!!
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